miércoles, 13 de julio de 2016

¿Recordamos o inventamos?


Un artesano hace girar la arcilla en su torno para moldearla con sus manos según le interese construir una cosa u otra. Así, cada vez que ejerce el más leve contacto con sus dedos en el barro, este modifica su forma adquiriendo nuevos detalles y eliminando otros anteriores. De ese modo, poco a poco va construyendo aquello que realmente pretendía. Si comparamos el principio del proceso con el final, nos daremos cuenta de que la esencia sigue estando ahí (la arcilla) pero han cambiado los detalles (la forma).


Del mismo modo actuamos nosotros cuando a través de nuestra memoria recuperamos un recuerdo. Cada vez que recordamos un acontecimiento, nos convertimos en el artesano que toca la arcilla con sus manos y por lo tanto algún detalle de ese recuerdo queda modificado respecto al anterior. Dicho de otro modo, nosotros mismos moldeamos nuestros propios recuerdos según hacemos uso de ellos, de manera que existen diferencias entre el recuerdo almacenado en nuestra memoria por primera vez, y ese mismo recuerdo que acabamos de recuperar.

Con un ejemplo lo comprenderemos fácilmente...

Recordemos aquella vez que, siendo nosotros unos niños, nuestra madre nos llevó a jugar al parque y, aquel perro enorme, un pastor alemán, nos atacó con intención de mordernos. Por suerte pudimos escapar subiendo por la escalera del columpio hasta que vino el dueño, lo ató con la correa, y se lo llevó.

Esta historia la contamos una y otra vez a nuestros amigos, compañeros de trabajo, etc... Es una de esas típicas “batallitas” que siempre tenemos en mente para amenizar alguna tertulia, y que contamos de manera que, quien nos mira, nota como revivimos esos momentos del mismo modo como si lo estuviésemos viviendo de nuevo. La hemos contado tantas veces durante nuestra vida, que ya nos la sabemos de memoria y la contamos de carrerilla. Es ese tipo de recuerdo que, cuando lo evocamos, no puede ser más real.

Hasta que un día, en la comida de Navidad, y rodeado de tu familia, vuelves a recordar ese acontecimiento. Y es entonces cuando notas algo raro... Tu madre y tu hermano te miran con asombro.., y, tomando la iniciativa, tu madre te dice: “no era un pastor alemán enorme con intención de atacar.., era un perro salchicha que ladraba con intención de jugar...” En ese momento sentimos incredulidad ante lo que estamos escuchando. Nosotros estábamos allí y tenemos muy fresco en la memoria aquel perro enorme, con cara asesina, y cómo pudimos salvar la vida de milagro trepando por la escalera del columpio... Pero cuando aún no nos hemos repuesto del primer golpe, nuestra madre continúa diciendo: “y no era contigo, era con tu hermano. Tú estabas en el colegio y nosotros esperábamos, jugando en el parque, a que salieras... Vaya susto se llevó tu hermano y como salió corriendo hacia el columpio...” Y lo curioso del caso es que realmente así fue como ocurrió. Bueno, más o menos, ya que nuestra madre también debe haber moldeado algo ese recuerdo.

Así es que no solamente cambiamos nuestras vivencias mediante los recuerdos, sino que incluso podemos generar recuerdos nuevos acerca de experiencias que nunca tuvimos. Y sin embargo, las sentimos igual de vivas en nuestra memoria que aquellas que fueron reales.

¿Cuantas veces hemos visto discutir a dos personas sobre un mismo acontecimiento que vivieron juntos? Ninguna quiere dar su brazo a torcer porque las dos visualizan el acontecimiento de manera clara en su memoria. De manera muy clara, pero de manera muy diferente...

Sin embargo, esta modificación que realizamos de los recuerdos no es azarosa, sino que se corresponde a nuestros propios intereses, con el fin de que sea congruente, ese recuerdo de nuestro pasado, con nuestra manera de ser presente y nuestras posibles perspectivas de futuro. Por ese mismo motivo, en muchas ocasiones, los “malos recuerdos” tendemos a olvidarlos o a “suavizarlos” para que no nos causen malestar psicológico. Y es que no es lo mismo, para nuestro orgullo, huir de un perro salchicha juguetón, que de un “enorme y asesino” pastor alemán.

Por lo tanto nuestra memoria se encarga de protegernos; endulzando nuestro pasado para facilitar nuestro bienestar presente, y almacenando esas experiencias, más o menos moldeadas, que nos permitan tomar decisiones en el futuro, congruentes con nosotros mismos.


-Preguntas de examen.

¿Habremos tomado decisiones trascendentales guiados por recuerdos distorsionados?
¿Seguiremos “encabezonados” en nuestras discusiones con los demás tratando de mostrar que nuestra memoria es infalible?
¿Cuantos recuerdos “sospechosos” de ser falsos me vienen ahora a la cabeza...?


En el siguiente enlace de video se puede ver un interesante programa de “REDES” en el que Eduard Punset entrevista a Daniel Schacter, prestigioso profesor de Psicología de la Universidad de Harvard que se ha dedicado a la investigación de la memoria. A quien le interese este tema le aconsejo fervientemente su visualización. Interesante la entrevista y muy ilustradora la interpretación entre un joven interactuando con su memoria.


Continuará...

Joaquín Grau

miércoles, 6 de julio de 2016

Bienvenidos a Psicoeasy

Mi nombre es Joaquín Grau y durante toda mi trayectoria profesional, y hablamos ya de 25 años, siempre me he mantenido estable en un mismo ámbito y empresa que nada tenian que ver con el mundo de la Psicología. O tal vez sí..., porque,  ¿acaso existe algo alrededor de nuestras vidas que no esté relacionado de algún modo con la Psicología...?

Llegado a este punto,  he querido orientar mi futuro hacia el mundo de la Psicología ya que siempre ha sido para mí un reto que tenía pendiente. Así, desde hace un año ya puedo decir que soy Psicólogo y que deseo seguir formándome y construyéndome como tal, aportando mi motivación, constancia, responsabilidad e implicación, en este ámbito. 

Así pues, pongo en marcha en esta nueva etapa de mi vida, la que es mi autentica vocación, la Psicología. Vista esta desde un punto de vista tan sencillo como es el de ayudar, desde mis conocimientos, formación y experiencia a todas aquellas personas que lo puedan necesitar sea por la causa que sea. 

Para ello inicio hoy este blog en el cual pretendo aportar una visión práctica y sencilla de cómo la Psicología nos puede ayudar a vivir más felices al mismo tiempo que  procuramos la felicidad de los demás.  


 Continuará....


Joaquín Grau